Drácula

Drácula de Bram Stoker - Película 1992 - SensaCine.com

 Stoker escribía novelas y relatos del corte sensacionalista, gótico y de terror que se gastaban y que gustaban entonces. Tras varios años interesado por el folklore europeo, y tras absorber varias lecturas e influencias, incluyendo la imponente figura actoral de Irving y una pesadilla que Stoker tuvo tras haberle sentado mal una cena a base de cangrejo, todo cristalizó en Drácula. Es la novela que más que ninguna otra ha sentado las bases de lo que comúnmente se entiende hoy día por un vampiro, a pesar de que para entonces ya existían otras películas. Drácula ha sido también una de las novelas más analizadas y reinterpretadas desde cualquier ángulo posible.

Recordemos la famosa escena en la que Arthur mata, esta vez definitivamente a Lucy , con su imaginería de estacas clavadas y con salvajes contorsiones, labios rojos y chorros de sangre, seguidos de la pacífica quietud final. La petite mort, hay quien lo llama. También está este momento entre Drácula y Mina Harker:

«Con su mano izquierda tenía sujetas las dos manos de la señora Harker, apartándolas junto con sus brazos; su mano derecha la aferraba por la parte posterior del cuello, obligándola a inclinar la cabeza hacia su pecho. El camisón blanco de dormir de ella estaba manchado de sangre y un ligero reguero del mismo precioso líquido corría por el pecho desnudo del hombre, que aparecía por una rasgadura de sus ropas. La actitud de los dos tenía un terrible parecido con un niño que estuviera obligando a un gatito a meter el hocico en un platillo de leche, para que beba.»

Y después :

«Entonces, se abrió la camisa, y con sus largas y agudas uñas se abrió una vena en el pecho. Cuando la sangre comenzó a brotar, tomó mis manos en una de las suyas, me las apretó con firmeza y, con su mano libre, me agarró por el cuello y me obligó a apoyar mi boca contra su herida, de tal modo que o bien me ahogaba o estaba obligada a tragar parte de…¡Dios mío! ¿Qué he hecho?»

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