Walt Whitman y Emily Dickinson

Walt Whitman:

Me celebro y me canto a mí mismo

Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.        

Vago… e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.        

Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es su misión y no la olvidaré;
que nadie la olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de para en par las puertas a la energía original de la naturaleza desenfrenada.

http://www.poesiaspoemas.com/walt-whitman/me-celebro-y-me-canto-a-mi-mismo

Walt Whitman. Literatura Norteamericana. Biblioteca Virtual

Postrera invocación

Al fin, dulcemente,
dejando los muros de la fuerte mansión almenada,
el duro cerco de las cerraduras, tan bien anudado;
la guardia de las puertas seguras,
sea yo liberado en los aires.

Con sigilo sabré deslizarme;
pon tu llave suave en la cerradura y, con un murmullo,
abre las puertas de par en par, ¡alma mía!

Dulcemente -sin prisa-
(carne mortal, ¡oh, qué fuerte es tu abrazo!
¡oh amor! ¡cuán estrechamente abrazado me tienes!)

https://poemas.yavendras.com/postrera-invocacion.htm

Emily Dickinson

En mi flor me he escondido


En mi flor me he escondido
para que, si en el pecho me llevases,
sin sospecharlo tú también allí estuviera…
Y sabrán lo demás sólo los ángeles.
En mi flor me he escondido
para que, al deslizarme de tu vaso,
tú, sin saberlo, sientas
casi la soledad que te he dejado.

https://poemas.yavendras.com/emily-dickinson/

Emily Dickinson, la poeta de la naturaleza

La percepción de un objeto cuesta


La percepción de un objeto cuesta
precisamente la pérdida del objeto
La percepción en sí es una ganancia
que responde a su precio.
El objeto absoluto es nulo
la percepción lo hace excelente
y luego reconviene a la perfección
que lo sitúa tan lejos.

https://poemas.yavendras.com/emily-dickinson/pag4/

Poemas de Emily Dickinson y Walt Whitman

EN MI FLOR ME HE ESCONDIDO , Emily Dickinson

En mi flor me he escondido
para que, si en el pecho me llevases,
sin sospecharlo tú también allí estuviera…
Y sabrán lo demás sólo los ángeles.
En mi flor me he escondido
para que, al deslizarme de tu vaso,
tú, sin saberlo, sientas
casi la soledad que te he dejado.

Emily Dickinson, puritana, conservadora, explosiva, moderna y profunda |  Más Cultura
Emily Dickinson

TU MIRADA, Walt Whitman 

Me miraste a los ojos, penetrando,
en lo más profundo de mi alma.
El cristal azul de tus pupilas,
me mostraba, mi imagen reflejada.

Me miraste y pediste temblorosa
que un te amo, saliera de mis labios,
pero ellos ya no tienen más palabras
pues los golpes de la vida los han cerrado.

Me miraste y tu pelo se erizaba,
y una gota redonda en tu pupila
que brotó, de un corazón roto
y cayó recorriendo tu mejilla.

Me miraste y tu rostro empapado
me exigía una palabra, una respuesta,
y mentí diciéndote te amo
por ganar de tu cara una sonrisa

Desmontando a Walt Whitman: el lado oscuro del poeta farsante más aclamado
Walt Whitman

https://poemas.yavendras.com/emily-dickinson/

https://poemas.yavendras.com/walt-whitman/

Poemas de Walt Withman y Emily Dickinson

2 Poemas de Walt Whitman:

Tu mirada:

Me miraste a los ojos, penetrando,
en lo más profundo de mi alma.
El cristal azul de tus pupilas,
me mostraba, mi imagen reflejada.

Me miraste y pediste temblorosa
que un te amo, saliera de mis labios,
pero ellos ya no tienen más palabras
pues los golpes de la vida los han cerrado.

Me miraste y tu pelo se erizaba,
y una gota redonda en tu pupila
que brotó, de un corazón roto
y cayó recorriendo tu mejilla.

Me miraste y tu rostro empapado
me exigía una palabra, una respuesta,
y mentí diciéndote te amo
por ganar de tu cara una sonrisa.

Sus Ojos Azules No Son Realmente Azules – Clinica de Ojos – Dr. Macias

¡Oh Capitán! ¡mi Capitán!

¡Oh Capitán! ¡mi Capitán! nuestro terrible viaje ha terminado,
el barco se ha curtido con cada retorcerse, el premio que buscábamos se ha conseguido,
el puerto está cerca, las campanas escucho, la gente toda exultante,
mientras sigue con la mirada la firme quilla, la triste y valiente nave;
                            pero ¡Oh corazón! ¡corazón! ¡corazón!
                             oh esas rojizas gotas sangrando,
                               donde en la cubierta mi Capitán yace,
                                 derrotado, frío y muerto.

¡Oh Capitán! ¡mi Capitán! levántate y escucha las campanas;
levanta— por ti se ha izado la bandera— por ti la corneta trina,
para ti los ramos y coronas encintadas— por ti la orilla abarrotándose,
por ti aclama, la oscilante masa, sus ansiosas caras volviéndose;
                            ¡Aquí Capitán! ¡querido padre!
                              ¡Ten este brazo bajo tu cabeza!
                                Es algún sueño que sobre la cubierta,
                                  hayas caído frío y muerto.

Mi Capitán no responde, sus labios están pálidos e inmóviles,
mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
el barco está anclado sano y salvo, su viaje realizado y concluido,
de una terrible travesía el victorioso barco se presenta con el objetivo cumplido;
                             ¡Exultad oh costas, y tocad oh campanas!
                               pero yo con mi triste andar,
                                 camino por la cubierta donde mi Capitán yace,
                                   derrotado, frío y muerto.

Con 86 años y sin pensar en la jubilación - Pontevedra Viva

2 Poemas de Emily Dickinson:

Poema 128

Dame el ocaso en una copa,
enumérame los frascos de la mañana
y dime cuánto hay de rocío,
dime cuán lejos la mañana salta
dime a qué hora duerme el tejedor
que tejió el espacio azul.

Escríbeme cuántas notas habrá
en el nuevo éxtasis del tordo
entre asombradas ramas
cuántos caminos recorre la tortuga
cuántas copas la abeja comparte,
disoluta del rocío.

También, ¿quién puso la base del arco iris,
también, quién guía las esferas dóciles
por juncos de azul flexible?
¿Qué dedos atan las estalactitas
quién cuenta la plata de la noche
para saber si nadie está en deuda?

¿Quién edificó esta casita albana
y cerró herméticamente las ventanas
que mi espíritu no puede ver?
¿Quién me dejará salir un día de gala
con implementos de vuelo,
fugaz pomposidad?

Sin lluvia no hay arco iris

En mi flor me he escondido

En mi flor me he escondido
para que, si en el pecho me llevases,
sin sospecharlo tú también allí estuviera…
Y sabrán lo demás sólo los ángeles.
En mi flor me he escondido
para que, al deslizarme de tu vaso,
tú, sin saberlo, sientas
casi la soledad que te he dejado.

El increíble significado de las 15 flores más bellas del mundo -  Significados

Bibliografía:

https://poemas.yavendras.com/emily-dickinson/

https://poemas.yavendras.com/walt-whitman/

Poemas

Elogio de la nimiedad (XII) de la mano de Emily Dickinson | en son de luz

Presentimiento de Emily Dickinson

Presentimiento es esa larga sombra
que poco a poco avanza sobre el césped
cuando el sol sus imperios abandona…
Presentimiento es el susurro tenue
que corre entre la hierba temerosa
para decirle que la noche viene.

Hacia el jardín del mundo de Walt Whitman

Hacia el jardín del mundo», un bello poema de Walt Whitman – Mundo  sorprendente

Hacia el jardín el mundo de nuevo asciende,
Potentes machos, hijas, hijos, presagiando
El amor, la vida de sus cuerpos, pensamiento y esencia.
Curioso contemplo allí mi resurrección luego del sueño,
Girando de nuevo en el límpido espacio,
Amoroso, maduro, todo para mí hermoso, todo pasmoso,
Mis extremidades y el fuego palpitante de que es motivo el portentoso juego.
Éxito pues, asomo y penetrante destilo,
Satisfecho con el presente, satisfecho con el pasado,
Por mi lugar, o atrás de mí, Eva siguiéndome,
O al frente, y yo, lo mismo, de ella en pos.

POEMAS EMILY DICKINSON Y WALT WHITMAN

Emily Dickinson:

[XXXII, Life]
La esperanza es el ser con plumas
que anida en el alma,
y canta una melodía sin palabras,
y nunca concluye del todo,
y la canción más dulce en ráfagas
/se oye;
pues debe estar molesta la tormenta
que logra abatir al pájaro
que nos mantenía cálidos.
La escuché en la gélida tierra,
y en el más extraño mar;
aunque, jamás, en los confines
pidió una astilla de mí.

[VI, Life]
Si logro salvar un corazón de romperse,
no viviré en vano;
si logro borrar de una vida el dolor,
o enfriar una herida
o ayudar a un esfumado petirrojo
a regresar a su nido de nuevo,
no viviré en vano.

Walt Whitman:

LO QUE SOY DESPUÉS DE TODO

¿Qué soy, después de todo, más que un
niño complacido con el sonido
de mi propio nombre? Lo repito una y otra
vez.
Me aparto para oírlo y jamás me canso de
escucharlo.

También para ti tu nombre:
¿Pensaste que en tu nombre no había otra
cosa que más de dos o tres inflexiones?

MIRA EL MAR INFINITO

Mira el mar infinito.
Sobre su pecho sale a navegar un navío
Que despliega sus velas, incluidas las de gavia.
Su pendón ondea en lo alto mientras aumenta
Su velocidad de manera majestuosa.
Debajo, las olas rivalizan,
Rodean al barco, apiñándose,
Con brillantes movimientos circulares y espuma.

Poemas Walt Whitman

El astrónomo

Cuando escuché al sabio astrónomo;
cuando las pruebas, las figuras, se alinearon frente a mi;
cuando me mostraron los mapas celestes y las
tablas para sumar; dividir y medir;
cuando, sentado, escuché al astrónomo
hablar con gran éxito en el salón de conferencias,
de repente, sin motivo, me sentí cansado y enfermo;
hasta que me levanté y me deslicé hacia la salida, para caminar solo,
en el mismo aire húmedo de la noche,
y de cuando en cuando,
mirar en silencio perfecto a las estrellas”.

Canto a mí mismo

Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
Vago… e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
par ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.

Poemas Emily Dickinson

Because I could not stop for Death – (479) 

We slowly drove – He knew no haste
And I had put away
My labor and my leisure too,
For His Civility –

We passed the School, where Children strove
At Recess – in the Ring –
We passed the Fields of Gazing Grain –
We passed the Setting Sun –

Or rather – He passed Us –
The Dews drew quivering and Chill –
For only Gossamer, my Gown –
My Tippet – only Tulle –

We paused before a House that seemed
A Swelling of the Ground –
The Roof was scarcely visible –
The Cornice – in the Ground –

Since then – ‘tis Centuries – and yet
Feels shorter than the Day
I first surmised the Horses’ Heads
Were toward Eternity –

“Hope” is the thing with feathers – (314)

“Hope” is the thing with feathers –
That perches in the soul –
And sings the tune without the words –
And never stops – at all –

And sweetest – in the Gale – is heard –
And sore must be the storm –
That could abash the little Bird
That kept so many warm –

I’ve heard it in the chillest land –
And on the strangest Sea –
Yet – never – in Extremity,
It asked a crumb – of me.

Poemas de Emily Dickinson y Walt Whitman

QUE YO SIEMPRE AMÉ, Emily Dickinson

Que yo siempre amé
yo te traigo la prueba
que hasta que amé
yo nunca viví -bastante-

que yo amaré siempre
te lo discutiré
que amor es vida
y vida inmortalidad

esto -si lo dudas- querido,
entonces yo no tengo
nada que mostrar
salvo el calvario

5 poemas de Emily Dickinson - Zenda

LO QUE SOY DESPUÉS DE TODO, Walt Whitman

¿Qué soy, después de todo, más que un
niño complacido con el sonido
de mi propio nombre? Lo repito una y otra
vez,
Me aparto para oírlo -y jamás me canso de
escucharlo.

También para ti tu nombre:
¿Pensaste que en tu nombre no había otra
cosa que más de dos o tres inflexiones?

▷ 80 frases de Walt Whitman - PsicoActiva

https://www.google.com/search?q=poemas+de+walt+whitman&rlz=1C1PRFI_enES842ES843&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjpsPitm7T3AhXJAewKHW1kDTAQ_AUoAXoECAIQAw&biw=1821&bih=876&dpr=0.75#imgrc=ZqdiO_6j39wk4M

https://www.google.com/search?q=poemas+de+emily+dickinson&rlz=1C1PRFI_enES842ES843&oq=poemas+de+emi&aqs=chrome.0.0i512j69i57j0i512l5j69i60.3215j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8

La Carta Robada

El Prefecto de la Policía de París encomienda al detective Auguste Dupin la misión de resolver el misterio de una carta robada de las habitaciones reales, cuyo contenido afectará a una persona encumbrada, en caso de divulgación. El supuesto ladrón es el ministro D, al que la propia víctima lo ha visto cometer el hecho.

Auguste Dupin se niega a tomar el caso, dando consejos al Prefecto de cómo revisar la propiedad del ladrón, a efectos de hallar la carta en cuestión, ya que han sido infructuosas las cuantiosas búsquedas efectuadas. Vuelve el Prefecto, derrotado, a la casa de Dupin, ya que continúan siendo inútiles todas sus investigaciones, ofreciéndole una recompensa por resolver el caso. Dupin acepta la recompensa, ya que la carta ya fue por él recuperada.

Utilizando un ardid y mucha sapiencia para distraer la atención de Mr. D, Dupin reemplaza la carta robada por un facsímil sin valor. La argucia fue genial. El detective partió de razonamientos lógicos para averiguar el escondite, y de un profundo análisis de la psicología del delincuente. No faltan los ingredientes de intriga, suspicacia, explicaciones del hilo conductor de sus razonamientos, para un desenlace simple, pero diferente.

https://resumiendolo.com/c-novela-negra/la-carta-robada/

William Wilson de Edgar Allan Poe

Resumen:

El protagonista se da a sí mismo el pseudónimo de William Wilson porque no quiere que su nombre ensucie la página en la que escribe. No le interesa hablar de sus últimas malas acciones. Prefiere, por el contrario, contar cómo es que se volvió malvado, algo que, a diferencia del resto de los hombres, le pasó más bien rápido. Ahora se encuentra cerca de morir y quiere que alguien simpatice con él y reconozca que sus errores se deben a que fue “esclavo de circunstancias más allá del alcance del control humano”.

William hereda el carácter excitable de su familia y, desde pequeño, es temperamental y egoísta. Le debe a sus padres, de carácter débil e incapaces de controlarlo, el hecho de haber podido hacer siempre lo que le diera la gana. De niño asiste al colegio en una gran casa isabelina ubicada en una aldea tranquila. El Dr. Bransby es tanto pastor como director de la escuela, y resulta sorprendente cómo conviven en él la faceta de clérigo benévolo con su rol de autoridad.

En la escuela, William se siente superior a sus compañeros y disfruta sentir que lo obedecen, pero una excepción entre ellos le presenta un desafío a su estatus. Se trata de un chico que llega a la escuela el mismo día que él y con el que comparte nombre y día de cumpleaños. Sin embargo, ellos no están emparentados por su familia. La desobediencia y facilidad con la que se pone a su altura hacen que se sienta avergonzado. Sin embargo, no es un rival que parezca querer derrotarlo. Por el contrario, parece guardarle afecto y en sus contiendas cotidianas suele dejarlo ganar. Esto último irrita profundamente a William que, aunque no puede evitar mantenerse lejos suyo, poco a poco comienza a resentirse con él y a odiarlo.

Ambos jóvenes gustan jugarse bromas pesadas. Las del narrador suelen fracasar en hacer sentir mal a su rival, salvo aquellas en las que se mofa de que hable en susurros por una afección en la voz. Más allá de esta característica sus voces son muy parecidas. Por su parte, su pequeño rival se concentra en la exasperante incomodidad que le despiertan al narrador los parecidos entre ambos. Físicamente son tan parecidos que parecen hermanos. Esto lleva al narrador a imitar sus ademanes y su comportamiento, aunque el resto de sus compañeros parece no percatarse. Además, tiene por costumbre darle consejos a William, aunque a él le molesta. Eventualmente, los ambiguos sentimientos para con su amigo se convierten en un odio abierto y el otro, al darse cuenta, comienza a evitarlo.

Un día, tras un violento altercado con él, unos extraños recuerdos de su primera infancia se despiertan en el narrador. Siente como si se conocieran hace mucho, pero la sensación lo perturba, así que decide ignorarla.

Tiempo después, hacia el final de su quinto año de estudios, el narrador planea una broma para asustar a su rival durante la noche. Cuando todos duermen, se dirige con una lámpara de mano a la habitación de la víctima y, una vez allí, se acerca a la cama, donde él duerme. Sin embargo, en el preciso instante en que lo encuentra dormido, observa su rostro en penumbras y el parecido con su propia persona lo sorprende tanto que aterrado, y con un estremecimiento, el narrador abandona la escuela y no vuelve nunca más.

Meses más tarde, William se inscribe en otro colegio. Para entonces ya no piensa en el otro muchacho, y se entrega a una vida de excesos. Tres años más tarde ofrece una fiesta secreta en su habitación y, al amanecer, un sirviente le avisa que alguien desea hablar con él. Curioso, William se asoma al vestíbulo y encuentra a un joven vestido igual que él, quien lo toma del brazo y le susurra al oído “William Wilson”. En ese momento, su borrachera desaparece en el acto y, mientras se recupera de la conmoción, el visitante aprovecha para escapar. Tras este episodio, William permanece semanas, angustiado, averiguando la identidad del intruso, hasta que descubre que su viejo rival de la infancia ha dejado la escuela por un accidente familiar el mismo día que él.

William se muda a Oxford para continuar sus estudios. Allí se entrega a una vida de lujos, mantenido por su padre, mientras se entrega cada día más al vicio y el libertinaje. Comienza a apostar, lo que le permite acaudalar más ingresos a partir de lo que le gana a sus compañeros. Es así como, dos años después, conoce a un noble y joven rico llamado Glendinning, a quien juzga lo suficientemente estúpido como para quitarle mucho dinero mediante el juego. Para ello, lo invita a una fiesta en la que lo embriaga y, tras dejarle ganar algunas manos, lo motiva a realizar apuestas cada vez más grandes, hasta ganarle y dejarlo en la ruina. Esto provoca que el resto de los invitados se compadezca con el joven y resienta con William.

Sin embargo, una visita inesperada arruina los planes del narrador: un desconocido ingresa inesperadamente en la habitación y les hace saber que William hacía trampa, escondiendo las cartas ganadoras en un bolsillo de su manga. Luego de confirmar la acusación, el anfitrión le pide al narrador que se retire, no sin antes devolverle su capa y diciéndole que debe irse de Oxford. William está por replicarle cuando descubre que ya traía su capa consigo y que la que le ofrece el anfitrión es idéntica a la suya. La posibilidad de que su rival del pasado lo haya expuesto en la estafa lo conmociona, y William se va de Oxford en una verdadera agonía de horror y vergüenza

A partir de entonces, William escapa de Inglaterra y se dedica a recorrer el continente pero, en cada lugar donde va, su archienemigo y genio malvado lo encuentra y expone en sus malas acciones. Abatido, cae primero en el alcoholismo, pero luego comienza a recuperar su naturaleza rebelde y decide confrontar a su némesis.

Un noche, durante un baile de disfraces celebrado por el anciano duque Di Broglio en Roma, el narrador intenta seducir a su esposa cuando su viejo rival se le aparece. Aunque el doble viste prendas idénticas a las suyas, y una máscara le cubre el rostro, William lo reconoce de inmediato por sus característicos susurros. Luego de insultarlo, lo arrastra a una habitación vacía, donde se baten a un duelo de espadas. Finalmente vence y consigue apuñalarlo numerosas veces, hasta que alguien los interrumpe intentando abrir la puerta. El narrador desvía la mirada de su oponente mientras se dirige a la puerta para bloquearla.

Al volver a su tarea, descubre un cambio material en la disposición del extremo más alejado del cuarto. Allí donde había apuñalado a su enemigo, un espejo hasta entonces inexistente lo muestra a él mismo mismo desangrándose. Sin embargo, la visión desaparece y en su lugar vuelve a encontrar al doble, que finalmente revela un rostro idéntico al suyo. En ese momento, una voz igual a la suya admite que finalmente lo ha derrotado, pero que, al hacerlo, se ha asesinado a sí mismo.

De otros mundos: Poe / William Wilson

Bibliografía: https://www.gradesaver.com/cuentos-de-edgar-allan-poe/guia-de-estudio/summary-william-wilson

El Corazón delator

El protagonista es un joven que vivía con un viejo. El viejo tenía un ojo que el protagonista describía como un ojo azul, de buitre, pálido y recubierto con una telilla. El protagonista odiaba aquel ojo, así que decidió acabar con el viejo. Actuó cuidadosamente, estuvo muy amable con el viejo y todas las noches abría la puerta de su dormitorio con mucha suavidad, poco a poco elaboró su plan, hasta que una noche lo mató. Luego, el asesino, descuartizó el cadáver y lo escondió debajo de tres tablas de la habitación. Más tarde llegaron unos policías, estuvieron allí hablando con él, al rato no sospechaban nada, pero el protagonista sentía la presión del ojo debajo de las tablas y lo confesó todo.

https://es.wikipedia.org/wiki/El_coraz%C3%B3n_delator#:~:text=La%20historia%20presenta%20a%20un,del%20suelo%20de%20la%20casa.