Uno de los personajes bíblicos más conocidos es María Magdalena, quien se describe en el Nuevo Testamento como uno de los discípulos más fieles de Jesús.
Magdalena aparece firme en los momentos más cruciales de la vida de Jesús. Estuvo presente en la crucifixión y en su funeral, junto con María de Nazaret y otras mujeres.
La Biblia nos dice que el sábado después de la crucifixión, Magdalena dejó el Calvario hacia Jerusalén para comprar un perfume con el fin de preparar el cuerpo de Cristo cómo era la costumbre funeraria de la época. Ella permaneció en la ciudad durante el sábado y al día siguiente, «cuando todavía estaba oscuro», fue al sepulcro y lo encontró vacío. Allí, recibió de un ángel la noticia de que Cristo había resucitado y se le dijo que debía informar de ello a los apóstoles de Cristo. Después de este episodio, no hay más citas sobre ella en la Biblia.