Don Juan and Faust: Christian Dietrich Grabbe
Don Juan aux enfers: Charles Baudelaire
Don Juan, buena persona: Serafín y Joaquín Álvarez
Don Juan: Azorín
Tigre Juan: Ramón Pérez de Ayala
Ha llegado Don Juan: Jacinto Benavente
Don Juan en los infiernos: Gonzalo Suárez
Don Juan DeMarco: Jeremy Leven
Exploits d´un Don Juan: Georges Richard
Don Juan Ende: Paul Heyse
¡Ay, el amor de las mujeres! Sabemos que es algo encantador y algo temible. Todo en esa suerte lo echan, y si pierden nada la vida tiene ya que darles excepto burlas del pasado. Como el salto del tigre es su venganza: mortal, rauda, aplastante. Su tortura es tan real, que lo que ellas infligen lo sufren.
Tienen razón. El hombre es a menudo muy injusto con el hombre; con las mujeres lo es siempre. Les une un único vinculo: sólo confían en la perfidia. Enséñales a disimular. Sus corazones, rotos, desesperan sobre su ídolo, hasta que una lujuria más ardiente compra en matrimonio…¿Y que queda luego? Un marido ingrato – un amanta infiel más tarde-y después, vestidos, hijos, rezos… y se acabó todo.
Algunas toman un amante, otras se dan a la bebida o a las preces, otras más cuidan de su casa, otras se disipan, algunas se fugan y no hacen más que cambiar de preocupaciones, perdiendo las ventajas de una posición respetable. Mas pocos son los cambios que pueden mejorar su suerte al ser la suya una situación antinatural desde el palacio aburrido al sucio tugurio. Y las hay que optan por ser perversas y luego escriben una novela.
Lord Byron, Don Juan (1819)