Mel Gibson no se ocupaba de contar toda la vida de Jesús. Si no que se centraba en sus doce últimas horas, que narran lo sufrimientos de Jesús antes de su entierro y resurrección.
La película fue duramente criticada por su violencia extrema, principalmente, pero también por su aparente inexactitud histórica o por su mensaje antisemita. De todos modos fue un gran éxito comercial.