POESÍA SIMBOLISTA

Baudelaire:

Remordimiento póstumo

Cuando duermas por siempre, mi amada Tenebrosa,
tendida bajo el mármol de negro monumento
y por tibia morada y por solo aposento
tengas, no más, el antro húmedo de la fosa;

Cuando oprima la piedra tu carne temblorosa,
y le robe a tus flancos su dulce rendimiento,
acallará por siempre tu corazón violento,
detendrá para siempre tu andanza vagarosa.

La tumba, confidente de mi anhelo infinito
(compasivo refugio del poeta maldito)
a tu insomnio sin alba dirá con gritos vanos:

«Cortesana imperfecta -¿de qué puede valerte
denegarle a la Vida lo que hoy llora la muerte»?
Mientras -¡pesar tardío!- te roen los gusanos.

Paul Verlaine:

Las conchas

Cada concha incrustada
En la gruta donde nos amamos,
Tiene su particularidad.

Una tiene la púrpura de nuestras almas,
Hurtada a la sangre de nuestros corazones,
Cuando yo ardo y tú te inflamas;

Esa otra simula tus languideces
Y tu palidez cuando, cansada,
Me reprochas mis ojos burlones;

Esa de ahí imita la gracia
De tu oreja, y aquella otra
Tu rosada nuca, corta y gruesa;

Pero una, entre todas, es la que me turba.

Arthur Rimbaud:

El mal

Mientras que los gargajos rojos de la metralla
silban surcando el cielo azul, día tras día,
y que, escarlata o verdes, cerca del rey que ríe
se hunden batallones que el fuego incendia en masa;

mientras que una locura desenfrenada aplasta
y convierte en mantillo humeante a mil hombres;
¡pobres muertos! sumidos en estío, en la yerba,
en tu gozo, Natura, que santa los creaste,

existe un Dios que ríe en los adamascados
del altar, al incienso, a los cálices de oro,
que acunado en Hosannas dulcemente se duerme.

Pero se sobresalta, cuando madres uncidas
a la angustia y que lloran bajo sus cofias negras
le ofrecen un ochavo envuelto en su pañuelo.

Stéphane Mallarmé:

La tumba de Edgar Poe

Tal como al fin el tiempo lo transforma en sí mismo,
el poeta despierta con su desnuda espada
a su edad que no supo descubrir, espantada,
que la muerte inundaba su extraña voz de abismo.

Vio la hidra del vulgo, con un vil paroxismo,
que en él la antigua lengua nació purificada,
creyendo que él bebía esa magia encantada
en la onda vergonzosa de un oscuro exorcismo.

Si, hostiles alas nubes y al suelo que lo roe,
bajo-relieve suyo no esculpe nuestra mente
para adornar la tumba deslumbrante de Poe,

que, como bloque intacto de un cataclismo oscuro,
este granito al menos detenga eternamente
los negros vuelos que alce el Blasfemo futuro.

POEMAS EMILY DICKINSON Y WALT WHITMAN

Emily Dickinson:

[XXXII, Life]
La esperanza es el ser con plumas
que anida en el alma,
y canta una melodía sin palabras,
y nunca concluye del todo,
y la canción más dulce en ráfagas
/se oye;
pues debe estar molesta la tormenta
que logra abatir al pájaro
que nos mantenía cálidos.
La escuché en la gélida tierra,
y en el más extraño mar;
aunque, jamás, en los confines
pidió una astilla de mí.

[VI, Life]
Si logro salvar un corazón de romperse,
no viviré en vano;
si logro borrar de una vida el dolor,
o enfriar una herida
o ayudar a un esfumado petirrojo
a regresar a su nido de nuevo,
no viviré en vano.

Walt Whitman:

LO QUE SOY DESPUÉS DE TODO

¿Qué soy, después de todo, más que un
niño complacido con el sonido
de mi propio nombre? Lo repito una y otra
vez.
Me aparto para oírlo y jamás me canso de
escucharlo.

También para ti tu nombre:
¿Pensaste que en tu nombre no había otra
cosa que más de dos o tres inflexiones?

MIRA EL MAR INFINITO

Mira el mar infinito.
Sobre su pecho sale a navegar un navío
Que despliega sus velas, incluidas las de gavia.
Su pendón ondea en lo alto mientras aumenta
Su velocidad de manera majestuosa.
Debajo, las olas rivalizan,
Rodean al barco, apiñándose,
Con brillantes movimientos circulares y espuma.

MADAME BOVARY DE GUSTAVE FLAUBERT

REALISMO Y NATURALISMO EN LAS NOVELAS

ARGUMENTO:

Madame Bovary es catalogada como una de las novelas con más renombre en el mundo literario, ya que nos muestra una compleja historia de una mujer que idealizó su vida a un punto fuera de los límites de la realidad. Construyó un plan para poder salir de su vida en la granja de su familia, al contraer matrimonio con un médico de bajo calibre pensó que su vida estaría solucionada. Al poco tiempo de su nueva vida se dio cuenta de que nada de lo que había soñado se cumpliría pero de todas maneras busca otros caminos para asegurarse de obtener lo que ella piensa que se merece.

CURIOSIDADES SOBRE DRÁCULA

  1. Drácula no fue el primer vampiro: Publicado en 1897, el Drácula de Stoker puede ser la historia vampírica más frecuentemente adaptada –con más de 200 películas sobre el personaje–, pero su protagonista no fue el primer vampiro. Uno de los primeros –y más influenciables– relatos cortos de vampiros publicados fue inicial y falsamente acreditado a Lord Byron, siendo realmente escrito por su médico, John Polidori en 1819. Titulado «El vampiro», su autor se inspiró para escribir el libro en los días oscuros y lluviosos pasados con sus amigos leyendo historias escalofriantes de Fantasmagoriana y contando las suyas de terror propias. Fue en este momento también cuando Mary Shelley concibió por primera vez «Frankestein o el moderno Prometeo «.
  2. Drácula puede haber estado basado (en parte) en Oscar Wilde:Aunque había investigado durante años el folclore vampírico europeo, Stoker bromeó con que el empujón definitivo para su influyente novela fue una pesadilla que tuvo tras ingerir cangrejos en mal estado con mayonesa; trataba sobre abominable rey vampiro que se levantaba de su tumba… Sin embargo, se teoriza que Stoker se inspiró tanto en sus contemporáneos como en figuras fantásticas o históricas –o en cocina imprudente–. Se dice que basó la teatralidad de Drácula en el que fuera en su día su jefe, el actor shakesperiano Henry Irving. Muchos han especulado también que la sexualidad del poeta Walt Whitman y el dramaturgo Oscar Wilde inspiró al vampiro lascivo y amante de la sangre.
  3. El rodaje fue muy peculiar y no como la gente puede pensar:

Mientras que algunos ejecutivos de los estudios esperaban que se tuviera que enviar al director y a su equipo a Rumania para rodar los exteriores de Drácula, Coppola les propuso la idea de hacer la película en platós de cine en California y bajo la constante vigilancia de los productores.

La idea . La mayoría de las escenas se hicieron en estudios cubiertos, menos las escenas en las calles de Londres, las cuales se hicieron en exteriores al aire libre.

LISTADO DE OBRAS SOBRE DON JUAN

  • El burlador de Sevilla y convidado de piedra – Tirso de Molina
  • No hay cosa como callar – Calderón de la Barca
  • Promontorium malae spei – Paolo Zehentner
  • Il convitato di pietra – Giacinto Andrea Cicogini
  • Dom Juan ou Le Festin de pierre – Molière
  • No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague o convidado de piedra – Antonio de Zamora
  • Don Giovanni – Giovanni Bertati
  • Don Juan – Byron
  • Don Juan de Maraña – Alexandre Dumas
  • El estudiante de Salamanca – José de Espronceda

FRAGMENTO DE DON GIOVANNI

Leporello espera a su señor Don Giovanni
a la entrada del palacio del Commendatore de Sevilla.
Está harto de las aventuras de su señor.

Don Giovanni sale apresuradamente del palacio
y, tras él, Donna Anna, la hija del Commendatore,
que intenta descubrir quién ha intentado forzarla.

Durante la persecución, aparece el Commendatore
que, para defender el honor de su hija,
desafía en duelo al asaltante.
Mientras tanto, Donna Anna entra en la casa en busca de ayuda.
Don Giovanni hiere de muerte al Commendatore y escapa.

Vuelve Donna Anna, acompañada de Don Ottavio,
su prometido, y encuentran al Commendatore sin vida.
Desolada, la joven pide a Don Ottavio
que vengue la muerte de su padre.

Por la noche, Don Giovanni y Leporello están en un hostal.
Al ver que llega una mujer, se esconden.
Se trata de Donna Elvira, noble procedente de Burgos,
que se lamenta del hombre que la ha abandonado.

Don Giovanni quiere aprovecharse de la situación,
pero al salir de su escondite,
Donna Elvira le reconoce como al traidor de quien hablaba.
Don Giovanni huye, mientras Leporello explica a Donna Elvira
todas las conquistas amorosas de su amo.
Perpleja por lo que acaba de oír, se va decepcionada.

En las afueras de Sevilla, unos campesinos
celebran la boda de Zerlina y Masetto.
Don Giovanni y Leporello se unen a la fiesta.
Don Giovanni se insinúa a Zerlina
que se siente halagada y no le rechaza.
Para librarse de Masetto y de los invitados,
ordena a Leporello que invite a todo el mundo
a una fiesta en su palacio.
Masetto, dolido, ve como su Zerlina se queda a solas
con el seductor.

EL TEATRO ITALIANO

El teatro italiano tiene raíces remotas: sus orígenes se remontan a la cultura latina y griega. Constituido desde siempre por compañías ambulantes que viajaban de ciudad en ciudad, aún hoy el sistema teatral italiano se basa sobre el mecanismo de la “tournée”, es decir, que no existe una compañía establecida en una determinada ciudad.

En Italia, la comedia tuvo su último gran autor en Goldoni, con el pasaje de la máscara de la comedia del arte al personaje “caracterizado”. En la segunda mitad del siglo XIX se afirma cada vez más el drama burgués. Los temas de este tipo de obras son la familia, el adulterio (el triángulo marido-mujer-amante es un esquema recurrente), las relaciones sociales y la incomunicabilidad. Pero fue Pirandello (1867-1936) quien imprimió el verdadero gran cambio del teatro italiano, llevando al absurdo los roles impuestos por la sociedad burguesa. Este autor arranca la máscara detrás de la cual cada uno defiende sus propias convicciones, escondiendo su verdadera identidad, y desnuda la verdad, tal como lo demuestra el título que reúne toda su producción teatral: Máscaras desnudas. Pirandello introdujo también la innovación técnica del “teatro en el teatro”, que revolucionó la forma dramática tradicional. Después de 1861, los ciudadanos de la Italia unificada utilizaban aún principalmente los dialectos, y eran muy pocos los que conocían el italiano. Es por este motivo que florece en todas las regiones el “teatro dialectal”. Sin embargo, el dialecto se afirma fundamentalmente en el área napolitana, gracias a los hermanos De Filipo. Los textos de Eduardo (1900-1984), con sus personajes de extracción popular o pequeño-burguesa, representan situaciones cotidianas, cargadas de melancolía. El éxito de su teatro depende de la capacidad del autor-actor para interpretar las aspiraciones pequeño-burguesas de un público que se está emancipando -no sin contradicciones- a través de personajes frecuentemente al margen de la sociedad, que intentan un improbable ascenso social. Eduardo refleja en el teatro las experiencias vividas directamente por el público reunido en la platea, hacia el cual manifiesta una gran solidaridad.

Un nombre importante en la historia del teatro italiano es el del director Giorgio Strehler que, en la Posguerra, junto a Luchino Visconti, fundó la “dirección moderna” en Italia. En los años ‘50 se afirman directores interesantes, como Luigi Squarzina, Mario Missiroli, Giancarlo Cobelli y Aldo Trionfo. Entre los años ’70 y ’80 los nombres más representativos son los de Luca Ronconi y Massimo Castri. Actualmente sigue viva la tradición napolitana con el hijo de Eduardo, Luca de Filippo, mientras que Darío Fo, premio Nóbel de literatura, es una de las figuras centrales del teatro italiano.

EL TIEMPO

No conozco al tiempo, nunca lo he visto.

Nunca me dirigió la palabra, pero sí me abrió su abismo.

No conozco al tiempo, pero me deja su nombre en cartas e indirectas.

Nunca he visto al tiempo, pero sé de su cola que da forma a mi presencia.

No conozco al tiempo, pero me deja rastro de su legado, las nuevas arrugas de mis viejos o el cúmulo de polvo que se va juntando.

Sé que pasa el tiempo cuando mis sobrinos cambian de gustos y por cómo yo voy viendo el mundo.

Sé que ha pasado tiempo cuando noto la ausencia de alguien, y cuando me logro sentir segura con quien fue un extraño.

Sé que pasa el tiempo cuando algunos seres van desapareciendo, mientras que otros llegan de pronto en invierno.

Sé del tiempo cuando el cielo cambia, y cuando el viento canta de acuerdo a su calma.

Sé que pasa el tiempo cuando debo de darme tiempo para el funeral de un tío.

Y no conozco al tiempo, pero veo crecer los árboles.

Siento al tiempo cuando veo a mis amigas lograr lo que alguna vez fueron sus sueños, cuando cumplen esas metas que nos parecían distantes

y cuando recordamos los que fueron nuestros instantes.

El tiempo lo cambia todo y, a pesar de eso, es ingrato y no se deja conocer, deja de pista sólo el soplo de su polvo.

No sé si se inventó el tiempo o si siempre estuvo ahí, pero todos somos presos de su sombra pueril.

No conozco al tiempo y no sé quédarle.

Lo único que puedo ofrecerle al tiempo es tiempo; eso que ya tiene y que yo ahuyento.

Odio, en especial, cuando el tiempo se ve encarcelado en las manecillas de un reloj y más cuando me habla con timbres y alarmas sacándome de la y aunque quiera librarme de él soy esclava de sus pautas.

El tiempo es mi peor amigo, va más rápido cuando y se detiene cuando lloro; e igual sé que el tiempo es la única real cura para todo.

Si uno pudiese controlar el tiempo, la vida no sería vida, perdería asombro y espontaneidad, se perdería emoción al actuar.

Tal vez lo terrible es el reloj y no el tiempo, pero igual nunca lo recomiendo, quizá sólo aprovéchalo.

BENVOLIO

Benvolio Montesco es un personaje de la obra Romeo y Julieta de William Shakespeare. Es sobrino del Sr. Montesco y primo de Romeo.

Benvolio es el sobrino del señor Montesco y el primo de Romeo. Es normalmente retratado por Shakespeare como persona amable y reflexiva quién intenta cuidar de su primo.

Benvolio intenta aminorar la sentencia de Romeo tras intentar impedir los duelos que llevan a la muerte de Mercurio y Teobaldo, dejando a Romeo con un destierro y no una sentencia de muerte.

Benvolio pasa la mayoría del primer acto intentando distraer a su primo de su enamoramiento con Rosalina pero siguiendo la primera aparición de Mercucio en I.iv, él y Mercucio se unen más hasta III.i. En aquella escena, arrastra al fatalmente herido Mercucio fuera del escenario, antes de regresar para informar Romeo y al príncipe, de la muerte de Mercucio y Teobaldo. Benvolio entonces desaparece de la obra (aun así, como Montesco, implícitamente puede estar incluido en el escenario en la escena final «entran Señor Montesco y otros» y es a veces confundido con Baltasar).

Parte de la función de Benvolio es animar a Romeo para ir a la fiesta, en donde se enamora de Julieta.

EL COCINERO CHICHIBIO

Currado Gianfiglazzi se distinguía en nuestra ciudad como hombre eminente, liberal y espléndido, y viviendo vida hidalga, halló siempre placer en los perros y en los pájaros, por no citar aquí otras de sus empresas de mayor monta. Pues bien; habiendo un día este caballero cazado con un halcón suyo una grulla cerca de Perétola y hallando que era tierna y bien cebada, se la mandó a su vecino, excelente cocinero, llamado Chichibio, con orden de que se la asase y aderezase bien. Chichibio, que era tan atolondrado como parecía, una vez aderezada la grulla, la puso al fuego y empezó a asarla con todo esmero. 
 
Estaba ya casi a punto y despedía el más apetitoso olor el ave, cuando se presentó en la cocina una aldeana llamada Brunetta, de la que el marmitón estaba perdidamente enamorado; y percibiendo la intrusa el delicioso vaho y viendo la grulla, empezó a pedirle con empeño a Chichibio que le diese un muslo de ella. Chichibio le contestó canturreando:

-No la esperéis de mí, Brunetta, no; no la esperéis de mí.

Con lo que Brunetta irritada, saltó, diciendo:

-Pues te juro por Dios que si no me lo das, de mí no has de conseguir nunca ni tanto así.

Cuanto más Chichibio se esforzaba por desagraviarla tanto más ella se encrespaba; así es que, al fin, cediendo a su deseo de apaciguarla, separó un muslo del ave y se lo ofreció.

 Luego, cuando les fue servida a Currado y a ciertos invitados, advirtió aquel la falta y extrañándose de ello hizo llamar a Chichibio y le preguntó qué había sido del muslo de la grulla. A lo que el trapacero del veneciano contestó en el acto, sin atascarse:

-Las grullas, señor, no tienen más que una pata y un muslo.

 Amoscado entonces Currado, opuso:

-¿Cómo diablos dices que no tienen más que un muslo? ¿Crees que no he visto más grullas que ésta?

-Y, sin embargo, señor, así es, como yo os digo; y, si no, cuando gustéis os lo  demostraré con grullas vivas -arguyó Chichibio.

Currado no quiso enconar más la polémica, por consideración a los invitados que presentes se hallaban, pero le dijo:

-Puesto que tan seguro estás de hacérmelo ver a lo vivo -cosa que yo jamás había  reparado ni oído a nadie- mañana mismo, yo dispuesto estoy. Pero por Cristo vivo te juro que si la cosa no fuese como dices, te haré dar tal paliza que mientras vivas hayas de acordarte de mi nombre.

Terminada con esto la plática por aquel día, al amanecer de la mañana siguiente, Currado, a quien el descanso no había despejado el enfado, se levantó cejijunto, y ordenando que le aparejasen los caballos, hizo montar a Chichibio en un jamelgo y se encaminó a la orilla de una albufera, en la que solían verse siempre grullas al despuntar el día.

-Pronto vamos a ver quién de los dos ha mentido ayer, si tú o yo -le dijo al cocinero.

 Chichibio, viendo que todavía le duraba el resentimiento al caballero y que le iba mucho a él en probar que las grullas sólo tenían una pata, no sabiendo cómo salir del aprieto, cabalgaba junto a Currado más muerto que vivo, y de buena gana hubiera puesto pies en polvorosa si le hubiese sido posible; mas, como no podía, no hacía sino mirar a todos lados, y cosa que divisaba, cosa que se le antojaba una grulla en dos pies.

Llegado que hubieron a la albufera, su ojo vigilante divisó antes que nadie una bandada de lo menos doce grullas, todas sobre un pié, como suelen estar cuando duermen. Contentísimo del hallazgo, asió la ocasión por los pelos y, dirigiéndose a Currado, le dijo:

-Bien claro podéis ver, señor, cuán verdad era lo que ayer os dije, cuando aseguré que  las grullas no tienen más que una pata: basta que miréis aquéllas.

 -Espera que yo te haré ver que tienen dos -repuso Currado al verlas. Y,  acercándoseles algo más, gritó-: ¡Jojó!

Con lo que las grullas, alarmadas, sacando el otro pie, emprendieron la fuga. Entonces Currado dijo, dirigiéndose a Chichibio:

-¿Y qué dices ahora, tragón? ¿Tienen, o no, dos patas las grullas?

Chichibio, despavorido, no sabiendo en dónde meterse ya, contestó:

-Verdad es, señor, pero no me negaréis que a la grulla de ayer no le habéis gritado ¡Jojó!, que si lo hubierais hecho, seguramente habría sacado la pata y el muslo como éstas han hecho.

A Currado le hizo tanta gracia la respuesta que todo su resentimiento se le fue en risas, y dijo:

-Tienes razón, Chichibio: eso es lo que debí haber hecho.

 Y así fue como gracias a su viva y divertida respuesta, consiguió el cocinero salvarse de la tormenta y hacer las paces con su señor.

LANZAROTE Y ELAINE

Lanzarote:

Lanzarote es uno de los caballeros de la Mesa Redonda, perteneciente al conjunto de leyendas artúricas.

Era el más fiel de los caballeros del Rey Arturo y jugó un papel importante en muchas de las victorias de Arturo. Lancelot es conocido principalmente por su historia de amor con la reina Ginebra, la esposa de Arturo, y el papel que desempeñó en la búsqueda del Santo Grial. También es conocido por ser el amigo más fiel del sobrino de Arturo, Erick Guendulain. Su primera aparición como un personaje principal está en Lancelot el Caballero de la Carreta, o Lancelot en prosa, que fue escrito en el siglo XII.

En el siglo XIII, fue el foco principal en el largo ciclo de la Vulgata, donde sus hazañas se narran en la sección conocida como Lancelot en prosa. La vida y las aventuras de Lancelot se han presentado en varios romances medievales, a menudo con respaldo histórico y cadenas de eventos conflictivos.

Elaine:

Elaine de Astolat, también conocida como Elaine la Blanca, Elaine la Bella o La Dama de Shalott, es un personaje recurrente en las leyendas de la Materia de Gran Bretaña. Es hija de Bernard de Astolat y una figura clásica del amor no correspondido. En el libro de Thomas Malory Le Morte d’Arthur, ella está enamorada de Lancelot, quien acepta usar sus colores durante un torneo para no ser reconocida. Esto enfureció mucho a la reina Ginebra. Finalmente, Elaine muere de amor por su caballero.