El enfermo imaginario

El enfermo imaginario es la última comedia escrita por el dramaturgo francés Molière, en 1673.

La comedia-ballet, que está formada por tres actos y escrita en verso, fue representada en el Teatro del Palacio Real el 10 de febrero de 1673 por la compañía de Molière. La música es de Charpentier; y los ballets, de Beauchamp.

Representa una crítica sobre los médicos en el siglo XVII, además de un profundo análisis psicológico de la hipocondría. El miedo a la muerte y al dolor tienen a Argán, el protagonista, prisionero de sí mismo, ya que es incapaz de disfrutar de la vida.

El argumento de esta obra es que Argán es un burgués que se cree muy enfermo, a pesar de que no hay ningún indicio de que lo esté, y no puede vivir sin estar rodeado de médicos. Para conseguir tener uno en la familia que le haga ahorrar la gran cantidad de dinero que destina a sus curas y medicamentos, no duda en concertar un matrimonio de conveniencia entre su hija Angélica y Tomás, el hijo de su médico preferido, el señor Diafoirus. Pero Angélica está enamorada de un joven llamado Cleanto y no está dispuesta a casarse con Tomás. Este acontecimiento también representa una crítica, en este caso, al abuso de la autoridad paterna. Al mismo tiempo, Belinda (la esposa de Argán), se mueve por interés esperando el fallecimiento de su esposo y le presiona para hacer el testamento. Sin embargo, la criada y la hermana del señor Argán, harán todo lo posible para ayudar a Angélica a realizar un enlace por amor con Cleanto y, además, revelar la hipocresía de su esposa desvelando todos sus maléficos planes. Una esperpéntica ceremonia final transformará al enfermo en doctor y será liberado de todos sus males.

Bibliografía: https://www.teatrofernangomez.es

https://es.wikipedia.org https://www.investigacionyciencia.es

Moisés

Moisés es el profeta más importante para el judaísmo. No se conocen las fechas exactas de su nacimiento y fallecimiento, pero se estima que vivió entre el siglo XIV a. C. y el siglo XIII a. C. Fue el liberador del pueblo hebreo tras 430 años de esclavitud en Egipto y el que condujo a la nación a los límites de la Tierra Prometida después de pasar 40 años en el desierto. También fue encargado por Dios de entregar la Ley escrita (los Diez Mandamientos).

En la Biblia, Moisés es uno de los principales personajes del Antiguo Testamento y se considera el anticipo de Cristo. Es el autor del Pentateuco y su vida aparece narrada, sobre todo, en el libro del Éxodo.

Nace en Egipto en un momento en el que el Faraón, para controlar la población hebrea, emite que todo hijo varón sea echado al Nilo. La madre de Moisés lo coloca en una cesta que echa al río, de donde es recogido por la hija del Faraón, que lo cría. En Egipto, los hebreos tenían la condición de esclavos. Dios le ordena a Moisés que los libere y este, junto a su hermano Aarón, demanda al Faraón la libertad del pueblo hebreo. Ante la negativa del Faraón, Dios invoca sobre Egipto las llamadas “plagas de Egipto”.

Las plagas de Egipto son diez: la conversión del agua en sangre; la plaga de ranas; la plaga de mosquitos, piojos y pulgas; la plaga de tábanos (moscas); la peste del ganado; las úlceras; la lluvia de granizo ígneo; la plaga de langostas; las tinieblas y la muerte de los primogénitos de Egipto.

Hicieron falta estas diez plagas para que los hebreos fuesen liberados. Estos salen de Egipto con Moisés. En este trayecto, destaca la separación del mar Rojo por parte de Moisés para que los israelitas puedan cruzarlo. Llegan al monte Sinaí y allí Dios le pide a Moisés que redacte los Diez Mandamientos: amarás a Dios sobre todas las cosas, no tomarás el nombre de Dios en vano, santificarás las fiestas, honrarás a tu padre y a tu madre, no matarás, no cometerás actos impuros, no robarás, no darás falso testimonio ni mentirás, no consentirás pensamientos impuros, no codiciarás los bienes ajenos.

Finalmente, después de pasar cuarenta años en el desierto, lleva al pueblo hasta la Tierra Prometida, pero muere en el monte Nebo antes de poder ingresar en ella.

Moisés de Miguel Ángel (Roma)

Hestia

Hestia era una de las diosas olímpicas de la mitología griega. En la mitología romana se conoce como Vesta. Representa el hogar y la familia; y su símbolo es el fuego sagrado. Se representaba sentada o de pie, en actitud solemne, con un velo y, en ocasiones, sosteniendo una llama con la mano derecha.

Es la primogénita de Cronos y Rea. Poseidón y Apolo le pidieron matrimonio, pero ella juró sobre la cabeza de Zeus que permanecería siempre virgen, evitando así la primera disputa entre dioses olímpicos. El rey de los dioses le correspondió cediéndole la primera víctima de todos los sacrificios públicos y los lugares preeminentes de los hogares.

Su objetivo era mantener siempre avivado el fuego sagrado, porque era el símbolo de la vitalidad y fuerza de las sociedades antiguas, por lo que requería una gran responsabilidad.

Hestia apenas salía del Olimpo y nunca participaba en las disputas de los dioses y los seres humanos por lo que pocas veces aparece en los relatos mitológicos, a pesar de ser una de las principales diosas griegas. Homero no cita a Hestia ni en la Ilíada ni en la Odisea, pero aparece en algunos Himnos homéricos. Platón la menciona cuando relata como Zeus divide a los dioses, semidioses y criaturas divinas en escuadrones capitaneados por un dios olímpico; sin embargo, Hestia queda sola en la morada de los dioses. Por último, Ovidio narra una escena en la que Príapo intenta violar a Hestia pero esta se despierta justo a tiempo para evitarlo gracias al rebuzno de un asno, que se convirtió en su animal favorito.

Se la veneraba en todos los hogares particulares pero también tenía su lugar de culto en los templos de los demás dioses en los pritaneos. Fueron famosos los templos consagrados a Hestia en Atenas, Oropos, Hermíone, Esparta, Olimpia, Larisa y Ténedos. El oráculo de Delfos estuvo dedicado a Hestia antes de que se le ofrendara a Apolo.