ARTEMISA

En la mitología griega, Artemisa o Ártemis fue una de las deidades más veneradas y de las más antiguas. También fue identificada con la diosa romana Diana, con la etrusca Artume y con la griega o caria Hécate.

Es la diosa helena de la caza, los animales salvajes, el terreno virgen, los nacimientos, la virginidad y las doncellas, que traía y aliviaba las enfermedades de las mujeres.

Sus símbolos incluían el arco y las flechas de plata, el perro de caza, el ciervo y la Luna. A menudo se la representaba como una cazadora llevando un arco y flechas. En la época helenística posterior, la figura de Artemisa asumió incluso el papel de ayudante de los partos y acabó siendo identificada con Selene, la diosa griega de la Luna (razón por la cual en ocasiones aparece representada con una luna creciente sobre la cabeza).

En la mitología griega clásica se dan diferentes versiones acerca del nacimiento de Artemisa, si bien todas coinciden en que era hija de Zeus y Leto, y la hermana melliza de Apolo. Según cuenta una tradición, Artemisa nació antes que su hermano y ayudó a su madre a dar a luz a Apolo.

Artemisa fue adorada en toda la antigua Grecia. Sus lugares de culto más famosos fueron la isla de Delos, Braurón, Muniquia y Esparta. Los antiguos espartanos solían dedicarle sacrificios antes de emprender una campaña militar. Las niñas y muchachas atenienses que se acercaban a la edad del matrimonio eran enviadas un año al santuario de Artemisa en Braurón para servir a la diosa.

Las representaciones más antiguas de Artemisa en el arte griego arcaico la retratan como una diosa alada llevando un ciervo y un leopardo en sus manos, o a veces un leopardo y un león. En el arte griego clásico suele ser representada como una cazadora virgen, joven,
alta y delgada, llevando un vestido corto, con botas de caza, aljaba, arco y flechas. A menudo aparece en la pose de disparar, y acompañada por un perro de caza o un ciervo.
Cuando se la representa como diosa de la luna, lleva una túnica larga y a veces un velo cubriendo su cabeza.

La Última Cena

La Última Cena es un relato que se encuentra en los Evangelios (según San Lucas, según San Marcos, según San Mateo y según San Juan). Cabe decir que nunca aparece nombrada en la Biblia con el nombre de «Última Cena», sino como «Santa Cena», pero se le ha dado ese nombre tradicionalmente.

La Última Cena o la Santa Cena es la comida final que Jesús compartió con sus apóstoles en Jerusalén el día antes de su crucifixión. Durante esa cena, Jesús anuncia que sería traicionado por uno de sus apóstoles allí presentes y que, antes de la mañana siguiente, Pedro, otro de sus apóstoles, negaría tres veces haberlo conocido.

Durante la cena también es cuando se instituye el sacramento de la eucaristía, en el cual Jesús tomó pan, lo rompió y dijo que era su cuerpo, y echó vino en un cáliz y dijo que era su sangre. También le lavó los pies a los 12 apóstoles y dio un mandamiento nuevo: “amaos los unos a los otros como yo os he amado”.

La última cena ha sido objeto de diversas obras de arte como «La Última Cena» de Leonardo Da Vinci,  que actualmente se encuentra en el Convento dominico de Santa Maria de Grazia, en Milán.  

La Última Cena, Leonardo da Vinci, Milán

También existen muchísimas adaptaciones infantiles sobre este tema:

Adaptación infantil sobre la Última Cena

Además, el Santo Grial, la copa o cáliz del que Jesús bebió en la Última Cena, ha sido buscado durante siglos y ha habido rumores de haber sido encontrado, pero sigue desaparecido. Se menciona incluso en una película de Indiana Jones, en la que el padre del arqueólogo es secuestrado por los nazis, quienes quieren el Santo Grial para tener la inmortalidad. Para impedirlo, Indiana Jones debe descubrir una serie de pistas que lo llevarían a la ubicación donde se hallaba el legendario cáliz.

«Santo Grial» encontrado por una mujer en Valencia.

Como curiosidad, en 2020, también se publicó una película llamada «La Última Cena», aunque no tiene nada que ver con el tema eclesiástico.

Finalmente, he elegido este tema porque uno de mis cuadros favoritos es «La Última Cena» de Leonardo Da Vinci, y me interesaba saber la historia.

El Diluvio Universal ( El Arca de Noé )

El Diluvio Universal se encuentra en el primer libro de La Biblia, en el Génesis.

En este relato Dios se arrepiente de haber creado a la humanidad ya que esta solo hace el mal o piensa en la maldad , así que decide mandar un diluvio universal y así que todos los seres vivos del planeta Tierra mueran. Pero ante esto, y ya que Dios lo que quería era acabar con la maldad, pero no con la humanidad lo que hizo fue recurrir a Noé, a quien le dice que construya una arca de madera y meta a toda su familia, también que de todo animal limpio cogiese siete parejas de machos y hembras, mas de los animales que no son limpios su macho y hembra. Ante esto Noé se pone manos a la obra, hasta que llega el día del diluvio universal.

Tras el diluvio universal y de estar lloviendo durante cuarenta días y cuarenta noches, el arca de Noé quedo flotando sobre el monte Ararat. Noé siguió esperando 40 días más a que siguieran menguaran las aguas y después abrió la ventana y soltó un cuervo, que iba y venía mientras se secaban las aguas. Soltó también una paloma que volvió rápidamente al no encontrar lugar donde posarse. Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma que volvió trayendo una ramita de olivo en el pico. De este modo supo Noé que las aguas habían disminuido. Esperó siete días más y soltó por tercera vez la paloma, que esta vez no regresó. La tierra ya estaba seca y después de todos estos sucesos Dios prometió que nunca más exterminaría a la humanidad. Como símbolo de esta alianza, cada vez que se cubriera el cielo de nubes, se vería el arco iris.

https://www.bioguia.com/tendencias/arca-noe-descubierta_45733964.html

A día de hoy tras muchos años podemos ver como esta historia está muy presente en canciones, películas, vídeos de entretenimiento, etc… Yo creo que es una buena historia, muy bonita y entretenida. Aparte, las hay en todos los formatos, quiero decir para bebés, niños, gente joven, adultos… lo que hace que casi ninguna persona en el mundo no conozca este maravilloso y entretenido relato.

Poesía simbolista

Charles Baudelaire: II

Retrato Tailandés Marrón Gato Amarillo De Ojos Mirando A La Cámara Aislada  En Blanco Fotos, Retratos, Imágenes Y Fotografía De Archivo Libres De  Derecho. Image 27500084.


De su pelaje rubio y moreno
sale un perfume tan suave, que una noche
me impregné de él porque una vez
lo acaricié, solo una.
Es el espíritu familiar de la casa;
él juzga, él preside, él inspira
cualquier cosa en sus dominios;
¿es quizá un hada, es un dios?

Cuando mis ojos, hacia ese gato que amo
atraídos como por un imán,
se vuelven dócilmente
y miro entonces en mí mismo,
veo con sorpresa
el fuego de sus pupilas pálidas,
claros fanales, vivientes ópalos,
que me contemplan fijamente.

Paul Verlaine: Te ofrezco

Te ofrezco" de Paul Verlaine - Frases más poemas

Te ofrezco entre racimos, verdes gajos y rosas,
Mi corazón ingenuo que a tu bondad se humilla;
No quieran destrozarlo tus manos cariñosas,
Tus ojos regocije mi dádiva sencilla.

En el jardín umbroso mi cuerpo fatigado
Las auras matinales cubrieron de rocío;
Como en la paz de un sueño se deslice a tu lado
El fugitivo instante que reposar ansío.

Cuando en mis sienes calme la divina tormenta,
Reclinaré, jugando con tus bucles espesos,
Sobre tu núbil seno mi frente soñolienta,
Sonora con el ritmo de tus últimos besos.

Arthur Rimbaud: El mal

Arthur Rimbaud | Babelia | EL PAÍS
Arthur Rimbaud

Mientras que los gargajos rojos de la metralla
silban surcando el cielo azul, día tras día,
y que, escarlata o verdes, cerca del rey que ríe
se hunden batallones que el fuego incendia en masa;

mientras que una locura desenfrenada aplasta
y convierte en mantillo humeante a mil hombres;
¡pobres muertos! sumidos en estío, en la yerba,
en tu gozo, Natura, que santa los creaste,

existe un Dios que ríe en los adamascados
del altar, al incienso, a los cálices de oro,
que acunado en Hosannas dulcemente se duerme.

Pero se sobresalta, cuando madres uncidas
a la angustia y que lloran bajo sus cofias negras
le ofrecen un ochavo envuelto en su pañuelo.

Stéphane Mallarmé: El virgen, el vivaz…

▷ Cisne » Características, Alimentación, Hábitat, Reproducción, Depredadores

El virgen, el vivaz y el hermoso día de hoy
¡Nos desgarrará con un golpe de ala ebrio
Este lago duro olvidado que pena bajo la escarcha
El transparente glaciar de los vuelos que no han huido!
Un cisne de otrora recuerda que él es
Magnífico pero que sin esperanza se rinde
Por no haber cantado la región donde vivir
Cuando del estéril invierno resplandeció el hastío.
Todo su cuello agitará esta blanca agonía
Por el espacio infligida al ave, que lo niega,
Pero no el horror del suelo donde el plumaje está preso.
Fantasma que a este lugar su puro brillo asigna,
Él se inmoviliza en el sueño frio de desprecio
Que viste en medio del exilio inútil el Cisne.

Poesía Simbolista

Baudelaire

Alegoría

Es una mujer hermosa y de nuca opulenta,
que deja caer la cabellera en su vino.
Las garras del amor, los venenos del garito,
todo resbala y todo se embota ante su piel granítica.
Se ríe de la Muerte y ridiculiza a la Lujuria,
esos monstruos cuya mano, que siempre rasga y siega,
ha respetado sin embargo, en sus juegos destructores,
la majestad severa de este cuerpo firme y enhiesto.
Camina como una diosa y se recuesta como una sultana;
tiene fe mahometana en el placer,
y a sus brazos abiertos, donde rebosan sus pechos,
convoca con los ojos al género humano.
Ella cree, ella sabe, esta virgen estéril
y aun así necesaria para que el mundo avance,
que la belleza física es un sublime don
que consigue el perdón de todas las infamias.
Le son indiferentes tanto el Infierno como el Purgatorio,
y cuando llegue la hora de entrar en la Noche negra,
mirará el rostro de la Muerte
como mira un recién nacido —sin odio y sin remordimiento.

Baudelaire, el primer contracultural

https://www.culturagenial.com/es/charles-baudelaire-poemas/

Verlaine

Claro de Luna

Vuestra alma es un exquisito paisaje,
Que encantan máscaras y bergamascos,
Tocando el laúd y danzando y casi
Tristes bajo sus fantásticos disfraces.

Siempre cantando en el tono menor,
El amor triunfal y la vida oportuna
Parecen no creer en su felicidad
Y sus canciones se unen al claro de la luna.

Al tranquilo claro de luna, triste y bello,
Que hacen sonar los pájaros en los árboles,
Y sollozar extáticos a los surtidores,
Surtidores esbeltos entre los blancos mármoles.

Los jardines de Babel: Paul Verlaine

https://poemas.yavendras.com/paul-verlaine/

Rimbaud

Sensación

En las azules tardes de verano, deambularé por los senderos
herido por el trigo, pisando la fina hierba:
soñador, sentiré el frescor en mis pies,
dejando que el viento acaricie mi desnuda cabeza.

Enmudeceré y mis pensamientos se desvanecerán:
Pero el infinito amor permanecerá en mi alma,
e iré lejos, muy lejos, bohemio y pensativo
por la naturaleza – dichoso como una dama

Iluminaciones - Wikipedia, la enciclopedia libre

https://poemas.yavendras.com/sensacion-2.htm

Mallarmé

Brisa Marina

¡La carne es triste, ay! y ya agoté los libros.
¡Huir, huir allá! Siento a las aves ebrias
De estar entre la ignota espuma y los cielos.
Nada, ni los viejos jardines que los ojos reflejan
Retendrá el corazón que hoy en el mar se anega,
Oh noches, ni la desierta claridad de mi lámpara
Sobre el papel vacío que su blancura veda
Y ni la joven madre que a su niño amamanta.
Partiré ¡Steamer que balanceas tu arboladura,
Leva ya el ancla para la exótica aventura!

Un Tedio, desolado por crueles esperanzas
Cree aún en el supremo adiós de los pañuelos,
Aunque, tal vez, los mástiles que invitan huracanes
Son aquellos que el viento doblega en los naufragios

Perdidos, sin mástiles, sin mástiles ni fértiles islotes…
¡Mas, oh corazón mío, escucha la canción de los marinos!

Stéphane Mallarmé - Wikipedia, la enciclopedia libre

https://poemas.yavendras.com/stephane-mallarme/

Poesía simbolista

Obsesión, Charles Baudelaire

Vosotros, altos bosques, me amedrentáis como catedrales;
aulláis igual que el órgano; y en nuestros corazones malditos,
cámaras de duelo eterno donde resuenan antiguos estertores,
se repiten los ecos de vuestros De profundis.
¡Océano, te odio! Tus brincos y tumultos
los encuentra mi espíritu en sí; la risa amarga
del hombre derrotado, llena de sollozos y de insultos,
yo la escucho en la risa tremenda de la mar.
¡Cómo me gustarías, oh noche, sin esas estrellas
cuya luz habla un lenguaje consabido!
¡Pues yo busco el vacío, y lo negro, y lo desnudo!
Pero las tinieblas son también ellas lienzos
donde viven, brotando de mis ojos a miles,
seres desaparecidos de miradas familiares.

Charles Baudelaire - Wikipedia, la enciclopedia libre

Las conchas, Paul Verlaine

Cada concha incrustada
En la gruta donde nos amamos,
Tiene su particularidad.

Una tiene la púrpura de nuestras almas,
Hurtada a la sangre de nuestros corazones,
Cuando yo ardo y tú te inflamas;

Esa otra simula tus languideces
Y tu palidez cuando, cansada,
Me reprochas mis ojos burlones;

Esa de ahí imita la gracia
De tu oreja, y aquella otra
Tu rosada nuca, corta y gruesa;

Pero una, entre todas, es la que me turba.

7 Poemas de Paul Verlaine – Hilos Primitivos

El mal, Arthur Rimbaud

Mientras que los gargajos rojos de la metralla
silban surcando el cielo azul, día tras día,
y que, escarlata o verdes, cerca del rey que ríe
se hunden batallones que el fuego incendia en masa;

mientras que una locura desenfrenada aplasta
y convierte en mantillo humeante a mil hombres;
¡pobres muertos! sumidos en estío, en la yerba,
en tu gozo, Natura, que santa los creaste,

existe un Dios que ríe en los adamascados
del altar, al incienso, a los cálices de oro,
que acunado en Hosannas dulcemente se duerme.Advertisement

Pero se sobresalta, cuando madres uncidas
a la angustia y que lloran bajo sus cofias negras
le ofrecen un ochavo envuelto en su pañuelo.

Arthur Rimbaud - Biquipedia, a enciclopedia libre

Invierno, Stéphane Mallarmé

¡El virgen, el vivaz y bello día de hoy
Da un aletazo ebrio va a desgarrarnos este
Lago duro olvidado que persigue debajo de la escarcha
El glaciar transparente de los vuelos no huidos!

Un cisne de otro tiempo se acuerda de que él es
Quien, aun sin esperanza, magnífico se libra
Por no haber cantado la región do vivir
Cuando ha esplendido el tedio del estéril inviemo.

Sacudirá su cuello entero esta blanca agonía
Por el espacio impuesto al ave que lo niega,
Mas no el horror del suelo que aprisiona al plumaje.

Fantasma que su puro destello a este lugar asigna,
Se aquieta en el ensueño helado del desprecio
Que entre su exilio inútil viste el Cisne.

Stéphane Mallarmé - Wikipedia, la enciclopedia libre

POESÍA SIMBOLISTA

Baudelaire:

Remordimiento póstumo

Cuando duermas por siempre, mi amada Tenebrosa,
tendida bajo el mármol de negro monumento
y por tibia morada y por solo aposento
tengas, no más, el antro húmedo de la fosa;

Cuando oprima la piedra tu carne temblorosa,
y le robe a tus flancos su dulce rendimiento,
acallará por siempre tu corazón violento,
detendrá para siempre tu andanza vagarosa.

La tumba, confidente de mi anhelo infinito
(compasivo refugio del poeta maldito)
a tu insomnio sin alba dirá con gritos vanos:

«Cortesana imperfecta -¿de qué puede valerte
denegarle a la Vida lo que hoy llora la muerte»?
Mientras -¡pesar tardío!- te roen los gusanos.

Paul Verlaine:

Las conchas

Cada concha incrustada
En la gruta donde nos amamos,
Tiene su particularidad.

Una tiene la púrpura de nuestras almas,
Hurtada a la sangre de nuestros corazones,
Cuando yo ardo y tú te inflamas;

Esa otra simula tus languideces
Y tu palidez cuando, cansada,
Me reprochas mis ojos burlones;

Esa de ahí imita la gracia
De tu oreja, y aquella otra
Tu rosada nuca, corta y gruesa;

Pero una, entre todas, es la que me turba.

Arthur Rimbaud:

El mal

Mientras que los gargajos rojos de la metralla
silban surcando el cielo azul, día tras día,
y que, escarlata o verdes, cerca del rey que ríe
se hunden batallones que el fuego incendia en masa;

mientras que una locura desenfrenada aplasta
y convierte en mantillo humeante a mil hombres;
¡pobres muertos! sumidos en estío, en la yerba,
en tu gozo, Natura, que santa los creaste,

existe un Dios que ríe en los adamascados
del altar, al incienso, a los cálices de oro,
que acunado en Hosannas dulcemente se duerme.

Pero se sobresalta, cuando madres uncidas
a la angustia y que lloran bajo sus cofias negras
le ofrecen un ochavo envuelto en su pañuelo.

Stéphane Mallarmé:

La tumba de Edgar Poe

Tal como al fin el tiempo lo transforma en sí mismo,
el poeta despierta con su desnuda espada
a su edad que no supo descubrir, espantada,
que la muerte inundaba su extraña voz de abismo.

Vio la hidra del vulgo, con un vil paroxismo,
que en él la antigua lengua nació purificada,
creyendo que él bebía esa magia encantada
en la onda vergonzosa de un oscuro exorcismo.

Si, hostiles alas nubes y al suelo que lo roe,
bajo-relieve suyo no esculpe nuestra mente
para adornar la tumba deslumbrante de Poe,

que, como bloque intacto de un cataclismo oscuro,
este granito al menos detenga eternamente
los negros vuelos que alce el Blasfemo futuro.

Remordimiento póstumo – Charles Baudelaire

Cuando te hayas dormido, mi bella tenebrosa,
al fondo de un sepulcro hecho de mármol negro,
y cuando solo tengas por alcoba y morada
un panteón húmedo y una cóncava fosa;
cuando la piedra, hundiendo tu pecho asustadizo
y tu torso relajado por una deliciosa displicencia,
impida que palpite tu corazón y ansíe,
y que tus pies recorran tu carrera azarosa,
la tumba, confidente de mi sueño infinito
(porque la tumba siempre comprenderá al poeta),
en esas largas noches donde el sueño es proscrito,
te dirá: «¿De qué te sirve, cortesana incompleta,
nunca haber conocido lo que lloran los muertos?».
—Y el gusano roerá tu piel como un remordimiento.

Charles Baudelaire - Wikiquote

Never More – Paul Verlaine

Oh, recuerdos, recuerdos! ¿qué me queréis? Volaba
un turbión de hojas secas; ponía el sol un brillo
de oro viejo en el bosque húmedo y amarillo,
y la fugaz llovizna de otoño sollozaba.

Ibamos los dos solos; su cabellera de oro
volaba loca al viento, cual nuestra fantasía.
— ¿Cuál fue el día más bello de tu vida?— decía
junto a mí, con su acento angélico y sonoro.

Respondió a su pregunta mi sonrisa discreta;
después, devotamente, con gesto de poeta,
besé su mano blanca de dedos afilados.

¡Ah, qué fragancia tienen nuestras primeras rosas
y qué bien suena, como músicas deliciosas,
el primer sí que brota de unos labios amados!

Paul Verlaine - Wikipedia, la enciclopedia libre

El corazón atormentado – Arthur Rimbaud

Mi triste corazón babea en la popa,
Mi corazón está lleno de tabaco de hebra:
Ellos le arrojan chorros de sopa,
Mi triste corazón babea en la popa:
Ante las chirigotas de la tropa
Que suelta una risotada general,
Mi triste corazón babea en la popa,
¡Mi corazón está lleno de tabaco de hierba!
¡Itifálicos y sorcheros
Sus insultos lo han pervertido!
En el gobernalle pintan frescos
Itifálicos y sorcheros.
Oh olas abracadabrantescas,
Tomad mi cuerpo para que se salve:
¡Itifálicos y sorcheros
sus insultos lo han pervertido!
Cuando, al final, se les seque el tabaco,
¿Cómo actuar, oh corazón robado?
Habrá cantilenas báquicas
Cuando, al final, se les seque el tabaco:
Me darán bascas estomacales
Si el triste corazón me lo reprimen:
Cuando, al final, se les seque el tabaco
¿Cómo actuar, oh corazón robado?

Iluminaciones - Wikipedia, la enciclopedia libre

El cigarro – Stéphane Mallarmé

Toda el alma resumida
cuando lenta la consumo
entre cada rueda de humo
en otra rueda abolida.

El cigarro dice luego
por poco que arda a conciencia:
la ceniza es decadencia
del claro beso de fuego.

Tal el coro de leyendas
hasta tu labio aletea.
Si has de empezar suelta en prendas
lo vil por real que sea.
Lo muy preciso tritura
tu vaga literatura

Stéphane Mallarmé - Wikipedia, la enciclopedia libre

Poesía Simbolista

Poema de Mallarmé:

Las cuatro estaciones

1. Resurgir

Primavera enfermiza tristemente ha expulsado
Al invierno, estación de arte sereno, lúcido,
Y, en mi ser presidido por la sangre sombría,
La impotencia se estira en un largo bostezo.

Unos blancos crepúsculos se entibian en mi cráneo
Que un cerco férreo ciñe como a una vieja tumba
Y triste, tras un sueño bello y etéreo, vago
Por campos do la inmensa savia se pavonea.

Luego caigo enervado de perfumes arbóreos,
Cavando con mi rostro una fosa a mi sueño,
Mordiendo el suelo cálido donde crecen las lilas,

Espero que, al hundirme, mi desgana se alce…
-Mientras, el Azur ríe sobre el seto y despierta
Tanto pájaro en flor que al sol gorgea-.

2. Tristeza de verano

El sol, sobre la arena, luchadora durmiente,
Calienta un baño lánguido en tu pelo de oro
Y, consumiendo incienso sobre tu hostil mejilla,
Con las lágrimas mezcla un brebaje amoroso.

De ese blanco flameo esa inmutable calma
Te ha hecho, triste, decir -oh, mis besos miedosos-:
«¡Nunca seremos una sola momia
Bajo el desierto antiguo y felices palmeras!»

¡Pero tu cabellera es un río tibio,
Donde ahogar sin temblores el alma obsesionante
Y encontrar esa Nada desconocida, tuya!

Yo probaré el afeite llorado por tus párpados,
Por ver si sabe dar al corazón que heriste
La insensibilidad del azur y las piedras.

3. Suspiro

Mi alma hacia tu frente donde sueña
Un otoño alfombrado de pecas, calma hermana,
Y hacia el errante cielo de tus ojos angélicos
Asciende, como en un melancólico parque,
Fiel, un surtidor blanco suspira hacia el azul.
-Hacia el Azur eternecido de octubre puro y pálido
Que mira en los estanques su languidez sin fin
Y deja, sobre el agua muerta do la salvaje
Agonía de las hojas yerra al viento y excava un frío surco,
Arrastrarse al sol gualda de un larguisimo rayo.

4. Invierno

¡El virgen, el vivaz y bello día de hoy
Da un aletazo ebrio va a desgarrarnos este
Lago duro olvidado que persigue debajo de la escarcha
El glaciar transparente de los vuelos no huidos!

Un cisne de otro tiempo se acuerda de que él es
Quien, aun sin esperanza, magnífico se libra
Por no haber cantado la región do vivir
Cuando ha esplendido el tedio del estéril inviemo.

Sacudirá su cuello entero esta blanca agonía
Por el espacio impuesto al ave que lo niega,
Mas no el horror del suelo que aprisiona al plumaje.

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Se aquieta en el ensueño helado del desprecio
Que entre su exilio inútil viste el Cisne.

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Poema de Verlaine:

Mujer y gata:

Ella jugaba con su gata
y era una maravilla ver
la blanca mano con la blanca pata
luchando en las sombras del atardecer.

Y con intenciones taimadas
en sus mitones se escondían
sus uñas de ágata afiladas
que como navajas fulgían.

La otra se hacía la mimosa
y hundía sus uñitas rosa,
pero el diablo poco perdía…

Y en la sombra del cuarto, en que vibraban
sus risas en sonora melodía,
cuatro puntos de fósforo brillaban.

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Poema de Baudelaire:

I

En mi cabeza se pasea,
como en su propio aposento,
un bello gato fuerte, suave y encantador.
Cuando maúlla, apenas se le oye,
de tan tierno y discreto que es su timbre;
pero su voz, ya se apacigüe o gruña,
es siempre rica y profunda.
Ahí está su atractivo y su secreto.
Esta voz, que gotea y se filtra
en mi interior más tenebroso,
me invade como un verso cadencioso
y me refocila como un bebedizo.
Ella adormece los dolores más crueles
y contiene todos los éxtasis;
para decir las frases más largas
no necesita palabras.
No, no hay arco que rasque
mi corazón, instrumento perfecto,
y que haga con más majestad
cantar su cuerda más vibrante,
que tu voz, gato misterioso,
gato seráfico, gato extraño,
en quien todo, como en un ángel,
es tan sutil como armonioso.

11 cosas por las que amas a tu gato y no lo sabías (o quizá sí) - Los  Angeles Times

Poema de Rimbaud:

Cabeza de Fauno

En la enramada que, florecida e incierta,
es verde estuche de oro recamado
de flores donde duerme el beso, alerta
y mirando el primor de su bordado,

sus ojos alocados el fauno ostenta;
muerden sus dientes en la flor de llamas,
y como un vino añejo es su sangrienta
boca al sembrar sus risas entre ramas.

Deja, al huir como la ardilla adusta,
perlerías de risa en cada hoja,
y hace que, atento a un vuelo que le asusta.