La Biblia en el cine

«Sigo como dios»

Comienza una nueva vida para Evan Baxter, su mujer Joan y sus tres hijos. Recién elegido congresista de Nueva York, y decidido a marcar la historia de su país, el antiguo presentador estrella le pide a Dios que le ayude a «cambiar el mundo». Evan es elegido para presentar un proyecto de ley y piensa que Dios le ha obedecido. De inmediato empiezan a pasar cosas raras. Él piensa que ha perdido la cabeza hasta que un día un hombre se presenta como Dios y le pide que construya un arca ante la llegada de un diluvio. Dios no paró hasta convencerlo puesto que se puso a construirla. Entonces llegaron parejas de animales de toda clase además que Evan se transformó en Noé. Llegó el día del diluvio y solo su familia y los animales pudieron sobrevivir.

https://www.youtube.com/watch?v=LLL1WJEj65U

La Biblia y el arte.

La Biblia, la religión en general, se ha visto reflejada siempre en el arte, en la literatura, pintura, música…

En el arte, en la pintura en este caso, maestros apreciados por todo el mundo han hecho obras relacionadas con la Biblia, como Miguel Ángel,
Leonardo da Vinci, que pintaron obras renacentistas con una influencia poderosa de las escrituras.

Creación de Adán
Capilla Sixtina
Miguel Ángel

La última cena.
Convento dominico de Santa Maria delle Grazie (Santa María de las Gracias), en Milán, Italia.
Leonardo da Vinci

Shakespeare y la Biblia.

Se cuenta que la Biblia influyó en autores como Shakespeare, porque citó directamente o hizo alusión a 42 libros de este libro sagrado. Cierto autor llegó a decir que es imposible entender muchos pasajes de las obras de Shakespeare sin algún conocimiento de la Biblia. 

Durante más de 1200 años la Biblia ha sido una fuerza activa en la literatura inglesa, habiendo modelado el pensamiento de varias generaciones de autores a lo largo de la historia.

Pero…¿y si fue Shakespeare el que influyó en la Biblia? 

La teoría que dice que Shakespeare tradujo los salmos de la Biblia al inglés

En 1902 una persona desconocida apunta esta posibilidad en The Publishers’ Circular basándose en el hecho de que Shakespeare habría dejado una señal en el salmo 46, indicándonos su autoría. El número del salmo es la prueba principal para demostrar esta hipótesis: si se cuentan 46 palabras desde el principio del salmo llegamos a la palabra «shake» y si contamos 46 desde el final llegamos a la palabra «spear», eso sí, sin contar la última palabra, «Selah», porque la demostración tampoco podía ser redonda. En el nombre de Shakespeare hay cuatro vocales y seis consonantes seis, lo que nos da como resultado el número 46.

Una última coincidencia con este número es que Shakespeare tendría 46 años en 1610, cuando se estaba terminando la traducción.

   Según esta teoría Shakespeare ayudó en la traducción de la Biblia del rey Jacobo y quiso dejar una señal para que los más suspicaces se percataran de su participación.